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Cuba se destaca por su Cristo en la bahía de La Habana, un articulo en el periódico Juventud Rebelde describe las característica de la obra asi como su historia...

“A la entrada del puerto capitalino, en el extremo izquierdo, y a unos 50 metros sobre el nivel del mar, se yergue el Cristo de La Habana. Resulta imposible no sobrecogerse ante la majestuosidad de una obra que, por sus dimensiones, es considerada la mayor escultura al aire libre salida de las manos de una mujer.

El tono o la coloración blanquecina de la figura, que a la sombra luce opaca, pero cuando el sol la ilumina la refracción parece cegar a los curiosos, es típica del mármol blanco de Carrara.

 

A diferencia de sus similares en Río de Janeiro, Brasil; Lubango Angola , y Lisboa, Portugal, nuestro Cristo no tiene los brazos extendidos. Y no es que deliberadamente su autora rechazara imprimirle una pose de recibimiento y de abrazo cálido. En verdad ella prefirió que recibiera al visitante con la fuerza de la mirada, y con la mano en el corazón.

Hay muchos pero los más destacados son El Cristo Redentor de Rio de Janeiro, Brasil, que fue diseñado para celebrar el centenario de la independencia de Brasil de Portugal (1822-1922). El monumento fue levantado con un peso de 1145 toneladas en el lugar, 9 años después en 1931. Es considerado el más alto del mundo. Sin embargo la más grande del mundo es la de Polonia, que se inauguró el 6 de noviembre del 2010 con una altura total de 36 m (33m la imagen y 3 m la corona). La inclusión de la corona es lo que la hace mas alta porque la imagen que le sigue en altura es El Cristo de la Concordia, localizada en San Pedro, Cochabamba, Bolivia, con una altura de 34.24 m. Otras destacadas esculturas son la de El Cristo Rey ubicado en Caldas, Colombia y la de México.

Más parecido a un jardín que a un camposanto, el cementerio de Colón, en La Habana, es sitio obligado para quienes deseen conocer la capital de la mayor de las Antillas.Su arquitectura barroca, sus caminos escoltados por frondosos framboyanes y palmas, bajo un brillante cielo azul, constituyen paradójicamente la más rotunda negativa a la muerte.

Con 56 hectáreas, el Cementerio de Colón es el más grande de América. Hermosas historias románticas, mitos y leyendas adornan este camposanto donde el luto y el dolor se mezclan con la esperanza y el amor.La tumba más popular y sin duda la más visitada es la de Amelia Goyri de la Hoz, una dama de alta alcurnia, conocida en la actualidad como "La Milagrosa".Doña Amelia, fallecida en 1903 a los 23 años, dejó atrás una vida digna de una novela. Tras muchos sinsabores, tuvo que esperar a la muerte de su padre para poder casarse con el hombre que de verdad amaba. Pero la felicidad fue efímera, pues falleció un año después en el transcurso de su primer parto.La mujer fue enterrada con el niño muerto colocado a sus pies. La leyenda dice que, al destapar la tumba tiempo después, el niño apareció en los brazos de la madre. Su desconsolado esposo, José Vicente Adot, no pudo soportar tanto y enloqueció. Acudía cada tarde al camposanto y golpeaba la lápida con la aldaba de bronce gritando: "¡Amelia, despierta! ¡Amelia, despierta!". Día tras día siguió con este ritual hasta que murió 17 años después.Toda esa historia de sufrimientos convirtió a la dama romántica en imagen venerada. En la actualidad, la estatua compite en protagonismo con los santos y vírgenes de la religiones católica y yorubá. Incluso, La Milagrosa recibe más flores e invocaciones que las demás figuras sacras, mientras las autoridades de la iglesia cubana, perplejas, guardan silencio.Decenas de personas acuden a La Milagrosa para pedir por sus hijos o por sus asuntos de amores. Desde antaño, el ceremonial incluía hacer sonar las aldabas como hacía el atolondrado esposo. Al retirarse, los visitantes lo hacen caminando hacia atrás para no dar la espalda a la estatua blanca de Amelia.

El Cristo de la Habana.Cuba

La Milagrosa.Cuba

La Catedral de la Habana.Cuba

La Catedral de la Virgen María de la Concepción Inmaculada de La Habana, es un templo católico, que se encuentra en el corazón de La Habana Vieja, en la zona más antigua de la ciudad, declarada por la UNESCO en 1982 Patrimonio de la Humanidad. Es la Catedral de la Arquidiócesis de La Habana, y su emplazamiento anterior estaba situado en donde después se construyó el Palacio de los Capitanes Generales. En un primer momento (1748) la iglesia sería el oratorio de los hijos de San Ignacio de la Orden de los Jesuitas, luego llegaría a convertirse en catedral. El principal benefactor de la obra fue el rico obispo de Salamanca. La nave central estuvo ocupada hasta la independencia de la isla por un monumento funerario dedicado a Cristóbal Colón, luego, al finalizar la colonia, las cenizas del almirante fueron trasladadas a Santo Domingo y de allí a la Catedral de Sevilla. Según el historiador de la ciudad Emilio Roig de Leuchsenring esta reforma incluyó la eliminación de todos los objetos que se consideraron de mal gusto, adornos, estatuas y altares fueron sustituidos por cuadros de óleo, en su mayoría copias de originales .

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